Texto sobre el fenómeno del consumismo, especialmente durante las fiestas, publicado en la página web de la Ocupación Draka, en Corfú.
El período de la prosperidad social artificial, de la catarsis de conciencia y del paroxismo consumista, está aquí: Bienvenidos a la Navidad. Es el período durante el cual todos tienen que comprar, independientemente de la posición de clase de cada cual. El consumo, especialmente en los días de Navidad, es la confirmación de la armonía familiar, la prueba de una amistad fuerte, una oportunidad para los económicamente poderosos de evadir impuestos vendiendo caridad y comprando entidad humanitaria. Sin embargo, todo esto constituye la “guarnición” de frenesí religioso y capitalista, cuyo componente estructural es el intercambio de dinero, ya mediante materiales o bienes, ya mediante un lugar en el paraíso. Pues estos dos parecen coincidir según las normas sociales impuestas.
Pero el consumismo es un fenómeno que se nota sólo durante los períodos festivos, simplemente entonces se agudiza y se hace más asqueroso que nunca. El diluvio de publicidad, la miseria de tipo “lifestyle” que es presentada como un modelo de vida absoluto, así como la imposición de necesidades virtuales, han creado la realidad social. Una realidad que se está ahogando en la miseria del individualismo, la competencia, la apatía y la inercia: características de cada ciudadano-cabeza de familia “sano”. Sólo que la podredumbre que está escondida detrás de esta filosofía, sobre todo en las circunstancias actuales, se ve claramente. Como elementos intrínsecos del capitalismo, tanto la crisis económica como el consumismo (que ya es difícil de realizarse), ponen de manifiesto tanto las diferenciaciones de clase como la miseria y el aislamiento sociales. La debilidad de consumo que está directamente relacionada con el empobrecimiento de una parte cada vez mayor de la sociedad, muestra tanto las estafas como las ilusiones de un modelo económico que está a punto de derrumbarse, y que se ve obligado, ya obviamente, a mostrar su rostro totalitario.
Por consiguiente, no podemos identificar el consumismo como un momento ocasional de felicidad o como un mero fenómeno de patogenia social. Por el contrario, concebimos su papel como un mecanismo de alienación, a nivel social y personal. Concebimos su papel como un medio de represión intelectual, expresada a través del cultivo de una cultura apolítica y un amodorramiento prolongado. También, entendemos su papel agresivo en relación con la destrucción del medio ambiente, el cual está sufriendo la consecuencia de la cadena productiva.
En la sociedad del espectáculo, al sistema ideológico y de valores que junto con el consumismo apoyan el capitalismo, oponemos nuestra propuesta. Colectivizamos nuestras resistencias, funcionamos fuera de la lógica del Estado y el Capital, dentro de la cual incluso la supervivencia humana es una mercancía, ocupamos espacios y creamos infraestructuras que funcionan y se basan en conceptos que se oponen directamente a lo existente: solidaridad, compañerismo, dignidad, auto-organización, libertad.
Si somos lo que podemos consumir, ¿cuando ya no podamos consumir, que seremos?
Ocupación Draka, Grupo Anarquista Cumulonimbus
El texto en griego.
verba-volant.info
El período de la prosperidad social artificial, de la catarsis de conciencia y del paroxismo consumista, está aquí: Bienvenidos a la Navidad. Es el período durante el cual todos tienen que comprar, independientemente de la posición de clase de cada cual. El consumo, especialmente en los días de Navidad, es la confirmación de la armonía familiar, la prueba de una amistad fuerte, una oportunidad para los económicamente poderosos de evadir impuestos vendiendo caridad y comprando entidad humanitaria. Sin embargo, todo esto constituye la “guarnición” de frenesí religioso y capitalista, cuyo componente estructural es el intercambio de dinero, ya mediante materiales o bienes, ya mediante un lugar en el paraíso. Pues estos dos parecen coincidir según las normas sociales impuestas.
Pero el consumismo es un fenómeno que se nota sólo durante los períodos festivos, simplemente entonces se agudiza y se hace más asqueroso que nunca. El diluvio de publicidad, la miseria de tipo “lifestyle” que es presentada como un modelo de vida absoluto, así como la imposición de necesidades virtuales, han creado la realidad social. Una realidad que se está ahogando en la miseria del individualismo, la competencia, la apatía y la inercia: características de cada ciudadano-cabeza de familia “sano”. Sólo que la podredumbre que está escondida detrás de esta filosofía, sobre todo en las circunstancias actuales, se ve claramente. Como elementos intrínsecos del capitalismo, tanto la crisis económica como el consumismo (que ya es difícil de realizarse), ponen de manifiesto tanto las diferenciaciones de clase como la miseria y el aislamiento sociales. La debilidad de consumo que está directamente relacionada con el empobrecimiento de una parte cada vez mayor de la sociedad, muestra tanto las estafas como las ilusiones de un modelo económico que está a punto de derrumbarse, y que se ve obligado, ya obviamente, a mostrar su rostro totalitario.
Por consiguiente, no podemos identificar el consumismo como un momento ocasional de felicidad o como un mero fenómeno de patogenia social. Por el contrario, concebimos su papel como un mecanismo de alienación, a nivel social y personal. Concebimos su papel como un medio de represión intelectual, expresada a través del cultivo de una cultura apolítica y un amodorramiento prolongado. También, entendemos su papel agresivo en relación con la destrucción del medio ambiente, el cual está sufriendo la consecuencia de la cadena productiva.
En la sociedad del espectáculo, al sistema ideológico y de valores que junto con el consumismo apoyan el capitalismo, oponemos nuestra propuesta. Colectivizamos nuestras resistencias, funcionamos fuera de la lógica del Estado y el Capital, dentro de la cual incluso la supervivencia humana es una mercancía, ocupamos espacios y creamos infraestructuras que funcionan y se basan en conceptos que se oponen directamente a lo existente: solidaridad, compañerismo, dignidad, auto-organización, libertad.
Si somos lo que podemos consumir, ¿cuando ya no podamos consumir, que seremos?
Ocupación Draka, Grupo Anarquista Cumulonimbus
El texto en griego.
verba-volant.info