Nota del traductor: El texto que presentamos a continuación,
escrito por una compañera inglesa en respuesta a las declaraciones de la Anarchist
Federation (homóloga de la Federación Anarquista Ibérica o de la Italiana [Nota
de la FAGC: adheridas a la Internacional de Federaciones Anarquistas (IFA)]) en
relación a las últimas acciones de grupos adheridos a la Federación Anarquista
Informal, representa una interesante crítica de las contradicciones internas de
una concepción “civil” o “ciudadanista” de la anarquía y de gran parte del
anarquismo contemporáneo. Esta traducción ha sido realizada a partir de su
versión italiana, extraída de “Culmine” (culmine.noblogs.org).

Este anarquismo civil es una criatura horrenda. Un monstruo
viscoso, vil y despótico con ojos detrás de la cabeza que trata de ser lo que
el anarquismo no será nunca: una mercancía digerible por las modernas masas
consumidoras. Una de las grandes cualidades que buscan l@s implicad@s en la
realización de ataques, es redescubrir el conocimiento de sí mism@s y l@s
demás, del poder personal; efectuar una ruptura radical y dramática con la
sociedad, con su intolerable jaula de normas sociales y la consecuente muerte
de la sensibilidad individual. Algunos comunicados de esta tendencia son
rebuscados y poéticos en extremo, y no son para todos los gustos, pero leer un
comunicado de la Federación (N.del T.: con este término la autora se refiere
siempre a las federaciones formales [N. de la FAGC: creemos que se refiere, específicamente,
a la Federación Anarquista del Reino Unido]) es mortificante. Es un cortejo
fúnebre de la política contra la vida, la voz patriarcal del “motivo político”
contra el salvaje espíritu rebelde, de la política contra el individuo.
Esta ausencia de autenticidad y la política un tanto
anacrónica de su “organización revolucionaria” se refleja en la indignación
relativa al ataque armado contra el dirigente del sector nuclear italiano
Roberto Adinolfi y el paquete explosivo enviado al capo de la agencia
tributaria italiana Marco Cuccagna. La Federación manipula maliciosamente los
hechos, en particular este último, a fin de vender su propia ideología,
describiendo al dirigente de la agencia como “trabajador”. Eso no sólo es un
insulto a la inteligencia de cualquiera que puede ver con bastante claridad que
el objetivo era uno de los jefes que roba a l@s trabajador@s parte de su
salario duramente ganado, sino que es desconcertante que se “preocupen” del
sufrimiento de este objetivo y declaren categóricamente preocuparse también por
la “clase trabajadora”. Ahora diréis que no me preocupa que este ladrón
burocrático haya sido atacado, herido o asesinado. En realidad me produce
placer. Imagino que también muchas otras personas no se preocupan, es más
pueden estar satisfechas y por añadidura felices por esta noticia.
Algunas preguntas fundamentales a la Federación– que
realmente no requieren respuesta: ¿Quiénes son esas personas de la “clase
trabajadora” de las que hablan?, ¿a cuántas personas que forman parte de la
“clase trabajadora” conocen personalmente?, ¿cómo saben que toda esa gente
condena los ataques a los patrones, los recaudadores y las infraestructuras
capitalistas?, ¿qué les da derecho a hablar en nombre de tod@s?, ¿qué piensan
de la gente de la “clase trabajadora” que se rebeló en Londres en agosto de
2011 (y en el curso de la historia)? Aunque formular estas preguntas parezca
ridículo, echar un rápido vistazo al discurso de la Federación parece
necesario, visto lo segur@s que se sienten de sí mism@s.
La mentalidad de la Federación/Libcom continúa con su
valoración psicométrica de las supuestas “tácticas terroristas”. Toman prestado
un fantasma creado por los medios de comunicación hostiles y el Estado -el
insensato e indiscriminado “terrorista” anarco-insurreccionalista. De nuevo ¿cuantos
de est@s individuos conoce la Federación?, ¿cómo sabe la Federación que estas
acciones no son parte de una vida rica y compleja? Por otro lado, para decir
una obviedad, los métodos insurrecionalistas están muy difundidos entre l@s
hostiles del mundo así como en la “organización”, y tienen más en común con la
revuelta de la “clase trabajadora” que todo lo relativo a la Federación. La Federación
permanece significativamente muda sobre esta realidad, prefiriendo hacer
señales paternalistas a la rabia de la “clase trabajadora”, que sólo será más
constructiva si l@s indisciplinad@s admiten la sabiduría de los expertos de la
Federación y aceptan sus prescripciones.
Aquí la Federación se revela de nuevo incapaz de liberarse
del torno de la ideología; realizando un nuevo rechazo de la complejidad del
ser humano y continuando con su reducción a algunas categorías abstractas
útiles. Pero si miramos a las reacciones de la Federación frente a otr@s
anarquistas, esta resulta muy siniestra y frecuentemente indistinguible de las
de nuestros enemigos. Su campo predilecto es Internet. Una breve exposición de
las críticas no sólo a la tecnología, sino también a las experiencias de ella,
revela esta forma virtual de interacción de masas como muy destructiva. Además,
el lenguaje usado por la Federación es similar a probar el puño que se abate
sobre el rostro humano del anarquismo. La Federación refuerza el Estado,
adoptando la retórica del sistema industrial-militar-tecnológico, vista su ya
citada condena de las “tácticas terroristas” anarquistas.
En la búsqueda de la liberación, el individuo debe poderse
expresar y ser él mismo. El individuo no está siempre en oposición al
colectivo, pero tratar de dirigir los aspectos individuales desde cualquier
grupo o sociedad, contra su voluntad, es totalmente inútil. Tarde o temprano el
individuo se rebelara porque una colectividad de masas forjada a costa de una
individualidad libre comportara reglas y normas (aunque estas sean informales o
no escritas) que van contra la libertad de la vida, de los sentimientos y del
pensamiento. Estas tendencias han estado en guerra con anterioridad, y vale la
pena leer los escritos de Voltairine de Cleyre sobre el tema, con sus
sugerencias sobre el individuo anarquista libre de expresar su propia rebelión
a su manera. Ataques violentos contra los patrones y el Estado, alejaran a
algunas personas, pero no a todas. La acción pacifista alejara a algunas
personas, pero no a todas. Aunque por una sola vez tuviéramos éxito
identificando a las personas de la “clase trabajadora” y en hacerles comprender
que son “clase trabajadora”, ¿realmente piensa la Federación que esta masa de
gente tendrá una visión homogénea sobre el cambio social, sobre las causas de
la miseria y sobre el mejor modo de liberarse (si tod@s coinciden sobre el
hecho de que la liberación sea su objetivo? L@s anarquistas civiles están
tratando de conducir a una clase proletaria consciente que ya no existe en el
mundo en el modo en el que fue descrita en Occidente como sujeto
revolucionario. Están embarcad@s en una vacía búsqueda, que sólo produce
esterilidad respecto al actual e incontrolable enfrentamiento social de masas,
y es inútil por seguir sus propios trámites políticos y sus propias
conclusiones.
La división de las personas en clases es un sinsentido
cuando no se han tomado como base las acciones y opiniones individuales. Una
breve ojeada a la historia de l@s nativ@s americanos, por ejemplo, nos muestra
lo banal y superficial de hablar de “pueblo nativo americano”, es como un
homogéneo eructo: ha habido guerreros indígenas que han combatido el genocidio
y la integración forzosa y ha habido estados indígenas que han colaborado con
el estado americano y han vendido a su propia gente para acumular dinero y
poder.
Aquell@s de nosotr@s que podrían adaptarse a las etiquetas
de insurrecionalista, individualista y/o nihilista, no hacen declaraciones
perfectas sobre cómo se presentara la revolución. Hay una gran humildad en las
palabras de l@s rebeldes emergentes y los grupos de lucha armada. Podréis
objetar al respecto que en este punto a lo largo de la Historia, cuando se ha
intentado mucho se ha perdido mucho; admitimos que no sabemos qué es “justo”,
qué “funcionara”. La gente es más compleja que eso y el mundo es enorme.
La interpretación de la Federación respecto a “la lucha de
la clase trabajadora” es problemática. La “clase trabajadora” como era
concebida ha desaparecido y de todos modos, como la democracia, para much@s
estaba basada en el horror y la mentira. La democracia fue inventada sobre las
espaldas de l@s esclav@s grieg@s, y la Revolución Industrial primero impuso la
destrucción del individuo y luego en esta época que odiamos la introducción del
“rebaño de l@s desposeíd@s”. Concentrarse en la “clase trabajadora” de esa
manera es como mezclar diversas formas de opresión sin decidirse por ninguna de
ellas: en los inicios de la Revolución Industrial la gente combatió con uñas y
dientes contra el ser sometid@s a ser “clase trabajadora”. La asimilación de
artesanos y habitantes rurales en clase trabajadora industrial fue sangrienta;
de ahí porque el que algun@s anarquistas hoy día estén tratando de realizarla,
sobre todo ahora que la maquina ha avanzado reconvirtiendo a la tradicional
“clase trabajadora” en una masa consumidora post-industrial, resulte no sólo
criticable, sino bizarro. Esos son simples pasos en la definición/progreso de
la maquina y haríamos bien en abandonar todas esas quimeras. No negamos que la
lucha de clases se haya combatido siempre, pero yo prefiero de largo el término
“guerra social” a “lucha de la clase trabajadora” [N. de la FAGC: Mejor opción de
traducción sería “lucha de clases obrera”] porque este primero incluye a más
individualidades y sus elecciones, incluyendo a aquellas que tradicionalmente
se han considerado “clase trabajadora”. La clase como concepto y vínculo social
se ha enfangado con los años. Como hemos podido ver la gente puede ser
cruelmente dividida en ricos y pobres, integrad@s y excluid@s, crític@s y
acrític@s respecto al Estado y la civilización.
Negar la autonomía individual, la conciencia y las
relaciones causa la alienación y el debilitamiento. La autoridad de una
fantasmal masa sobre l@s individuos no ha hecho otra cosa que apoyar el
proyecto del Estado y del capitalismo, que coinciden en concebir al ser humano
únicamente como una unidad económica o una agregación sin rostro de unidades
económicas. ¿Realmente queremos definir así a los seres humanos? Y ¿realmente
l@s anarquistas piensan que esta perspectiva es liberadora? Negar el papel de
la acción individual a favor de la pasada y vaga concepción de “lucha de
clases” es una ficción peligrosa. Seguramente, destruir la voluntad y el valor
del individuo es también parte del proyecto del Estado; no puede ser llamad@
revolucionari@, excepto en un sentido autocrático y superpolítico de seres
gobernados por el aparato estatal, quién desea el debilitamiento del individuo
o de los grupos afines de individuos. No es tarea de l@s anarquistas reemplazar
una tiranía, ya sea esta “democrática”, monárquica, colectivista o cualquier
otro tipo de gobierno.
¿Qué es esta cuestión de las declaraciones que condenan las
acciones y las opiniones de otr@s que se consideran anarquistas? Esto es jugar
al juego político de l@s “anarquistas buen@s” y “anarquistas mal@” de los
medios de comunicación y la maquinaria represiva de la policía. Significa devaluar
el autentico significado del término “anarquía”, una complicada y mutable red
de principios, prácticas y relaciones con el fin de lograr la liberación, que
no es de una única manera.
Más que a otros motivos, el hecho de que la Federación
sienta la necesidad de hacer declaraciones contra las acciones de otr@s
anarquistas se debe seguramente a que les hacen sentir que su proyecto ha
fallado. Para finalizar mi discurso, digo a la Federación Anarquista y a sus
secuaces itinerantes: yo no coincido con vosotr@s, no deseo el mundo que tenéis
en mente. Creo que no soy la única que encuentra vuestras declaraciones y
discurso contrarios a mi rebelión y a mi concepto personal de liberación que he
basado en mi comprensión y experiencia de la opresión estatal. Y visto que
vuestro proyecto depende de la absoluta aceptación por parte de la masa de la
que formo parte, y visto que eso se desprende de los debates y declaraciones de
la Federación, que se imagina una sociedad de masas anarquista; yo declaro que
quiero la libertad no sólo del Estado sino también de la sociedad y de
vosotr@s. Por lo tanto os pregunto:¿qué haréis conmigo?
He iniciado este articulo deseando animar a aquell@s de
nosotr@s que se declaran anarquistas a cesar la mutua condena y para decir
claramente que realmente ningun@ de nosotr@s tiene “la solución”. Así que
concluyo revelando que algun@s de “nosotr@s” tienen bien poco en el corazón, el
pensamiento y las acciones de libres, y poca cosa de lo que realmente significa
solidaridad y lucha, y si debemos imaginar una sociedad anarquista como la de
la Federación Anarquista, esta estará llena de represión y prisiones varias,
como esta sociedad. Y así están las cosas, aquell@s que quieren imponernos al
resto de nosotr@s su sociedad sin rostro realizan su propia futilidad.
Venona Q.
*Nota de Amor y Rabia: Nosotrxs somos federalistas e insurrecionalistas. No pretendemos en esta breve nota hacer un desglose de nuestro pensamiento y acción, creemos que queda más que reflejado en cada escrito que realizamos. Simplemente decir que cada vez que se criminaliza la autodefensa por parte de alguna Federación Anarquista (y más si esta adherida a la IFA,-Internacional de Federaciones Anarquistas- como nosotrxs mediante FAI) sentimos vergüenza.
La organización no es para crear dogmas o postulados inamovibles, es para mantener el contacto entre compañerxs y aunar esfuerzos. No es para crear un anarquismo y programa oficial, no es para clasificar o criminalizar a compañerxs, no es para dedicarse a sacar comunicados de solidaridad con los conflictos existentes sin estar implicados en ellos. No es para decir tú vas por el buen camino y tú no, o incluso llegar a decir que con ciertas prácticas o tácticas se esta desprestigiando al movimiento anarquista y/o se esta hastiando la labor de alguna federación en particular. ¿Que verdad absoluta creen que poseen estxs individuxs, grupos o federaciones para sacar tales comunicados?
Antiautoritarismo y libertad son dos de los pricipios básicos tanto de la Anarquía como del anarquismo.
Estamos en guerra social, ataquemos a cualquier individuo, grupo, federación, institución... que quiera privarnos de nuestra capacidad de elección/expresión y seamos consecuentes con nuestra acción.
Amor e insurrección.