desde la prensa:
El Ejército portugués ’blinda’ el peaje del Algarve-Huelva
El Gobierno de Portugal se ha visto obligado a desplegar miembros de su Ejército por la autovía del Algarve para tratar de evitar los actos vandálicos y de sabotaje que se están produciendo contra el peaje de la Vía do Infante desde que se puso en funcionamiento el pasado 8 de diciembre.
Agentes de la Guardia Nacional Republicana de Portugal, concretamente militares de élite de la Unidad de Intervención, vigilan durante las 24 horas una decena de pórticos instalados para el cobro automático del peaje a lo largo de los 130 kilómetros de la A22.
Se trata de las infraestructuras situadas en las zonas de "mayor riesgo", como la salida correspondiente al municipio luso de Boliqueime, donde hace una semana destrozaron a tiros varias cámaras de lectura y que está situada a unos 70 kilómetros del puente fronterizo de Ayamonte (Huelva) que cruza la desembocadura del río Guadiana. Estas labores de vigilancia y control las están llevando a cabo parejas de militares equipados con chalecos antibala, medida de seguridad obligada después de que un funcionario de la empresa que gestiona la autovía del Algarve resultase herido por un disparo de escopeta cuando se acercó a un pórtico electrónico que estaba ardiendo.
Pese a la presencia de los efectivos de la Guardia Nacional Republicana en los ’puntos calientes’ de la A22, el pasado viernes por la noche se registró el tercer sabotaje contra la implantación del peaje en la autovía del Algarve. Unos desconocidos prendieron fuego a una caja de comunicaciones que protege los cables de fibra óptica que permiten la comunicación de los arcos de cobro automático. Esta caja está ubicada a dos kilómetros del pórtico correspondiente a la salida de Boliqueime.
Estos sabotajes se han producido tan sólo unos días después de la implantación del polémico peaje de la autovía del Algarve, una medida puesta en marcha por el Gobierno luso para alimentar las maltrechas arcas de la República y que ha provocado críticas y protestas a ambos lados de la frontera. Autoridades y agentes socioeconómicos españoles y lusos coinciden en que este peaje supondrá una barrera a las relaciones económicas entre Andalucía y Portugal, al tiempo que censuran que haya que pagar por utilizar una autovía sufragada con fondos públicos de la Unión Europea.