lunes, 23 de abril de 2012

Cuando huir no es una posibilidad


HuirDesde más o menos, diciembre de 2008 venimos acostumbrados a ver las imágenes que nos llegan desde Grecia de enfrentamientos, ocupaciones, asambleas, manifestaciones, sabotajes y un largo etcétera. Desde la Insurrección griega de 2008 y sus innumerables huelgas generales, la revuelta parisina de 2005, pasando por las revueltas árabes, los conflictos estudiantiles de Chile o Londres 2011 nos hemos acostumbrado a ver las imágenes de lucha social y callejera que se vienen dando en diferentes puntos del globo y muchos esperábamos nuestro momento histórico, el momento en que aquí también, las gentes se echasen a las calles, tomándolas como propias, sin permiso, enfrentándose a los culpables de esta situación, recuperando nuestras vidas, ocupando los espacios del Capital y empezar a construir nuestro futuro sin mediadores.

Y el momento parece que llegó; desde la huelga del 29S, el 15M, la Primavera Valenciana y la huelga del 29M se han ido sucediendo manifestaciones, ocupaciones, paralización de desahucios, acciones, etc. Claro, que al empezar a ser nosotros los que dábamos los pasos hemos comprobado como nos es tan fácil un conflicto con el Estado. No, no vale salir en mani y grabar un vídeo para subirlo a Internet. No, el Poder no siente presión fácilmente, no se deja desestabilizar y por supuesto tiene muchos medios para defenderse. Esto lo vengo a decir por los hechos que están aconteciendo desde el 29M, la huelga general. Si bien la huelga pasó por la mayoría de ciudades sin pena ni gloría -el guión ya estaba escrito; paros en las industrias, menor seguimiento en comercios, piquetes más o menos combativos, algunas cargas policiales, etc- sí que es cierto que en una ciudad hermana como Barcelona pasaron muchas cosas. Hubo grandes cuotas de autoorganización en los barrios; asambleas, piquetes, cortes de calles, sabotajes, etc. Y como ya todos sabemos, grandes enfrentamientos en el centro de Barcelona.

Este blog no es el sitio para analizar la huelga -ya existen diferentes textos por Internet que lo hacen- sino que la intención de esta entrada es llamar la atención sobre la que se nos viene encima. Una reforma del código penal, ha sido anunciada a bombo y platillo por los profesionales de la represión Gallardón, Puig y Fernández Diaz siendo los medios de comunicación los que han dado alas a estas aspiraciones orwelianas vendiendo la idea de que los manifestantes somos pequeños terroristas organizados con la única aspiración de la violencia por la violencia y que los respetables ciudadanos junto a los respetables manifestantes de CCOO-UGT están asustados y preocupados. Por ello, la represión se debe cebar con los que desborden los esquemas del Poder.

El problema es que mucha gente que participa en asambleas u organizaciones de carácter anticapitalista y que celebra las luchas que antes se mencionaba cuando estas ocurren cerca, la criminalización es la norma y la represión se hace evidente se echan para atrás, pero la situación actual no está para huir. Han sido muchos los años en que las leyes de excepción se han aplicado solo a una parte de la sociedad -los vascos, los anarquistas y otras minorías revolucionarias nunca han dejado de tener presos políticos- y ahora que este Estado de Excepción se generaliza, la resistencia debe hacerlo también.

El problema es que cuando desde sectores del 15M señalan que ciertas acciones no son legítimas justifican la represión, cuando CGT-Catalunya en su comunicado afirma que se desmarca de lo ocurrido y que avisaron a los encapuchados de que se fueran de la manifestación está justificando la represión, el problema es que cuando asumimos que la Opinión Pública -los massmedia- es la que nos dice que está bien y que está mal la lucha fracasa ya que se asume el discurso del Poder. Mucha veces el discurso que se desmarca de estas acciones se escuda en que no podemos quedarnos en minoría, que debemos dar una buena imagen para que la población nos entienda, pero lo que muchos ocultan es que el 15M nació a raíz de unos enfrentamientos que se dieron después de la manifestación de Madrid, que la Primavera Valenciana supo recuperar las calles a base de defenderse de la policía y no lo hizo de forma minoritaria ni mucho menos, y que en Barna no fueron pocos los que desbordaron a los Mossos. Lo que hace que un movimiento gane fuerza o no depende de varias cosas y el más importante de todos es el que la gente se sienta participe de un movimiento que puede cambiar las cosas no de lo que los medios digan de este.

Ahora que no se puede negar que el Estado está en guerra, que el conflicto social se recrudece y que cualquier forma de disidencia, incluidas las pacíficas, serán duramente reprimidas no es tiempo de huir, huir no es una posibilidad y es un reto que debemos asumir y aceptar. Si de verdad buscamos subvertir el orden actual, si de verdad tenemos un interés en darle la vuelta a la situación actual no debemos recular cuando los medios de comunicación nos lo digan, no debemos dejar tirados a los compañeros que sufren la represión pues todos estamos en la misma lucha y por supuesto no debemos rendirnos.

La que se nos viene encima es grande, la diversidad de tácticas que enfrenten los planes del Poder de seguir hundiéndonos en la miseria será mucha pero no debemos olvidar que la mejor arma es la solidaridad y por supuesto alejarse de la moral que nos imponen los Estados y los medios de comunicación, ya que seguirán vertiendo mentiras para desactivar la resistencia que ataca su estatus quo. No debemos olvidar que somos los de abajo y vamos a por los de arriba.
“El gran valor que podem trobar en aquesta lluita és el d’aguditzar el pensament crític de moltes de les participants, de forjar consciències que han superat el grau d’alienació dominant. Això s’ha demostrat quan hem practicat formes i maneres que expressaven la nostre voluntat real, sense condicionar-nos, sota la lògica pacificadora i dialogant que a vegades volien imposar certs discursos emparant-se en la por o l’estratègia” Número 1 de Terra Cremada. Publicació contra la Derrota.