El trabajo es la fuente de la mayoría de la explotación y miseria que hay en el mundo, si queremos realmente acabar con todo este sufrimiento debemos dejar de trabajar, lo que no significa que debamos dejar de hacer cosas. Significa crear un nuevo modo de vida basado en el juego, en una convivencia lúdica. La alternativa al trabajo no es la inactividad. Abogamos por una aventura colectiva del disfrute generalizado. Sin duda todxs necesitamos mucho más tiempo para disfrutar de una completa pereza o de una vida lúdica, que no encontramos con la dependencia de ingresos u ocupaciones. La vida lúdica es completamente incompatible con la realidad existente, La supervivencia del día a día nos lleva a buscar formas más dignas de vivir en este mundo diseñado para usarnos como mercancías. Intentemos dentro de nuestras posibilidades no trabajar, o trabajar lo menos posible. ¿Cómo pagar entonces el alquiler del piso?, lo mejor es okuparlo; la comida podemos robarla, y si vemos la posibilidad de dar más pasos hacia la reapropiación de nuestras vidas, ¿por qué no atracar bancos?.
Sobrevivir es un reto para la mayoría de nosotrxs. Lo más digno como esclavxs es rebelarse, en el curro, en la escuela, en el barrio... Deberíamos hacer de la protesta nuestro modo de vida, pues no hay nada más desalentador que un/a esclavx satisfechx. No podemos esperar a que alguien nos salve de esta vida de mierda, debemos tratar de hacerlo nosotrxs mismxs. No necesitamos líderes, ni partidos ni sindicatos.
Curiosamente (o tal vez no) todas las viejas ideologías son socialmente conservadoras porque creen en el trabajo. Algunas de ellas, como el sindicalismo, en todas sus formas, creen en el trabajo fervorosamente porque no creen prácticamente en ninguna otra cosa. Pero si la mayoría de lxs ideólogxs supuestamente revolucionarixs creen en el trabajo, paradójicamente son reacixs a afirmarlo así. Ellxs hablarán interminablemente de salarios, horas, condiciones de empleo, explotación, productividad... están dispuestxs a hablar de cualquier cosa excepto del trabajo en sí mismo.
Sindicatos y empresarixs dicen que debemos sobrevivir regateando el precio de nuestra explotación. Dicen que tenemos derecho al tiempo de ocio, pero nosotrxs sabemos que "el ocio" es el tiempo usado para recuperarse del trabajo y olvidarnos de él sólo de forma momentánea. La única diferencia entre "ocio" y trabajo es que en el trabajo pagan por explotarnos, alienarnos y controlar nuestra rabia. La reinvención de nuestra vida pasa por formular nuevas propuestas que rompan con el reformismo que hace de sostén de la situación que estamos viviendo actualmente, es evidente que lxs reformistas no cuestionan los medios de producción de una manera integral. Lo que pretenden es perpetuar ésta situación para erigirse como lxs interlocutorxs entre explotadorxs y explotadxs. Sin trabajo, no habría trabajadorxs y sin trabajadorxs, ¿qué pasaría con los sindicatos?, desaparecerían, como parte del entramado de dominación. Cuando lo sindicatos piden al gobierno que retire la nueva reforma laboral, lo que hacen es negociar con el Estado al que dicen combatir.
Frente a la explotación, oponemos la lucha por la recuperación de nuestras vidas, aquí y ahora. Tomemos las calles como espacio de acción e intercambio. Pongamos en común nuestra complicidad contra toda forma de dominación. La autogestión, el sabotaje, la agitación, la expropiación, la propaganda... son un arsenal del que debemos armarnos para liberar nuestras vidas y aplicar la solidaridad con todxs lxs explotadxs.