El pasado 1 de Junio tuvo lugar la
última audiencia del Caso Bombas, en la que se dictó sentencia para lxs
compas y finalmente, todxs han sido absueltxs de los cargos que restaban
tras el sobreseimiento de la falsa asociación terrorista. Los
diferentes cargos por supuesta colocación de artefactos explosivos, así
como los de financiamiento de la ya dada por inexistente asociación
terrorista, fueron descartados, y por supuesto también se levantó toda
medida cautelar que pesara todavía sobre lxs compas, como el arresto
local, su obligación de firmar en comisaría semanalmente, los
seguimientos policiales etcétera. Es casi seguro que no dejarán de
buscar pretextos con los que criminalizar a los movimientos sociales y
organizaciones que les planten cara, y tampoco dejarán de llevar a cabo
la represión contra compañeras y compañeros, a través de montajes
orquestados por lxs perrxs del ministerio del interior y la policía, y
fortalecidos por los medios de comunicación a su servicio, para
justificar operaciones contra los entornos antagonistas que tienen como
única razón de ser el miedo del capital y del Estado a la adquisición de
conciencia por parte del pueblo, a su auto-organización y a su
inevitable insurrección contra las lógicas y dinámicas del poder, y
contra todo aquello que las permite, alimenta y reproduce. No obstante,
ni de ésta ni de ninguna otra forma podrán frenar la rabia ni los
esfuerzos de lxs compañerxs en Chile, ni en ningún otro rincón de este
"mundo feliz" (de Aldous Huxley).
Tras el proceso, es destacable como dato anecdótico que el ministro del interior, Hinzpeter, no tuvo valor para salir del juzgado por la puerta principal ante las concentraciones solidarias con lxs compañerxs que había fuera, y tuvo que hacerlo por una puerta trasera. Ahí vemos el verdadero valor de lxs mandatarixs del Estado, siempre escondidxs tras sus putos robocops y sus leyes de in-justicia.
Tras el proceso, es destacable como dato anecdótico que el ministro del interior, Hinzpeter, no tuvo valor para salir del juzgado por la puerta principal ante las concentraciones solidarias con lxs compañerxs que había fuera, y tuvo que hacerlo por una puerta trasera. Ahí vemos el verdadero valor de lxs mandatarixs del Estado, siempre escondidxs tras sus putos robocops y sus leyes de in-justicia.
Son más de 2 años de
procedimiento, dos años de manipulación periodística y torpes argumentos
por parte de la fiscalía para intentar mantener a flote un engaño de
proporciones gigantescas, basado en una gran mentira, que dependía para
sostenerse de otras mentiras, que a su vez dependían de otras tantas y
así sucesivamente, parches y más parches que, llegado un punto, ya no
buscaron ganar el juicio sino sólo mantener vivo el espectáculo para que
el anarquismo insurreccionalista siguiese siendo noticia, manteniendo
presente en lo posible en las vidas de la gente la falsa verdad de
Anarquista=Vándalx. Sin embargo, a un/a mentirosx se le termina cayendo
la treta a pedazos y sea antes o sea después, siempre se le termina
pillando. Por cierto, no he visto pedir disculpas a ningún ni a ninguna
de lxs periodistas que, abiertamente, airearon y vendieron como ciertas
las mentiras del poder. Vosotrxs también sois responsables, bastardxs.
Yo bueno, he cubierto lo mejor
que he podido todo lo que ha pasado desde aquel maldito 14 de Agosto de
2010, basándome en los resúmenes que realizaron lxs compañerxs del grupo
de apoyo a presxs, y ahora, casi dos añazos después, pongo aquí la que
espero de corazón que sea la última entrada con respecto a ésto. No sé,
sonará a coña pero igual echo de menos actualizar cada cierto tiempo con
las novedades porque lo peor, es que se ha vuelto una puta rutina. En
cualquier caso, quedan desgraciadamente muchxs compas entalegadxs y
muchxs procesos judiciales abiertos, en Chile y en el mundo, que
necesitan difusión y sobre todo, solidaridad activa, en la calle, en la
red y en los panfletos.
Porque la conspiración continúa, en todas partes y a todas horas.
Ninguna celda puede encerrar nuestros sueños de revuelta.
Presas y presos en guerra a la calle.